Descripción de la experiencia

Con inspiración en la forma en que los organismos vivos del mundo natural se distribuyen en el espacio y aprovechan sus capacidades para generar interacciones innovadoras en el aula que solucionan los efectos negativos de la organización de estudiantes por filas. Entre ellos que algunos estudiantes se esconden detrás de otros y que para los docentes es difícil brindar seguimiento oportuno a todos durante el periodo.

Tras un proceso de ensayo y error se descubrió que es posible ubicar a los estudiantes de acuerdo a sus características, habilidades y necesidades particulares, adoptando una fila en la parte posterior del aula, mirando hacia al frente del espacio; en esta distribuye en las esquinas y en el centro a estudiantes enérgicos y líderes, para dinamizar las sesiones de trabajo a través de sus fortalezas. Adicionalmente, ubica dos filas perpendiculares, formando una “u” con el mismo principio de la fila posterior, pero agrupando a estudiantes que requieren especial atención más cerca de la mesa del docente.

La docente organiza el grupo de acuerdo a la cantidad de estudiantes y el grado; con los 40 estudiantes de sexto añade otras líneas que se integran a su esquema de acompañamiento, y con los grupos que tienen menor número de estudiantes basta con una “U”.

Esta ubicación facilita el acompañamiento pertinente e incentiva a los estudiantes a participar de debates, trabajos grupales y fomenta la regulación de la convivencia por parte de todos.

Este esquema de clase inspirado en la distribución de los organismos vivos en un ecosistema según sus características y necesidades es un valioso ejemplo para superar las filas como única forma de organización del aula y es una estrategia que trae grandes beneficios en los estudiantes porque fomentas el reconocimiento y facilita el soporte pedagógico requerido para aprender. Además, gracias a que es más eficaz contribuye al bienestar del docente en entornos de muchos estudiantes.

El proceso se basa en los siguientes pasos

Ubicar a cada estudiante con una intención que responda a sus necesidades y fortalezas. Paulatinamente distribuir responsabilidades en cada uno de los estudiantes. Construyendo el prestigio de tener una responsabilidad en el aula e inicia con una mezcla de estudiantes enérgicos y líderes. Permitir que los estudiantes con necesidades en común reciban apoyo desde diferentes flancos complementarios al del docente.

Este esquema evita que se genere un estigma hacía unos estudiantes por su ubicación en el aula, especialmente los niños con mayores necesidades. Para esto, algunas veces se debe reservar la razón por la que ubicaste a un estudiante en un lugar determinado. También puedes argumentar que la ubicación responde a una responsabilidad y no a una necesidad del estudiante, por ejemplo, si un niño debe estar más cerca del docente porque requiere más atención puedes informar que su ubicación obedece a que apoyará en alguna tarea.