Descripción de la experiencia

¡Ahora hago lo que creía imposible!

Esto piensa Alejandro Loaiza, egresado de la Institución Educativa Felipe de Restrepo de Itagüí. Recuerda que no le gustaba leer y ahora estudia psicología, una carrera que exige lectura permanente de libros técnicos, artículos científicos, investigaciones, entre otros. 

Muchos niños y jóvenes como Alejandro tienen una etapa de la vida en la que piensan que “no les gustan los libros”, “les aburre leer” o se duermen mientras recorren las páginas de un artículo. Sin embargo, cualquier persona puede dejar de ser indiferente a los libros y convertirse en amante de la lectura.   

¿Cómo lograrlo? 

Una estrategia que siempre funciona es conectar los intereses y pasiones de los niños y jóvenes con la lectura.  

Por ejemplo, Alejandro cuenta que el punto de inflexión donde inició su enamoramiento con la lectura fue cuando el profesor de Filosofía del colegio le preguntó por sus intereses. Le contó sobre su pasión por los deportes de contacto, en especial el boxeo. Con esta información el docente le pidió hacer una investigación sobre un boxeador, cosa que lo motivó.  

Al relacionar sus intereses con la lectura, su perspectiva cambió drásticamente, se dio cuenta que en los libros hay un universo por descubrir.  

Este año Alejandro regresó a su colegio a dictar charlas a los estudiantes sobre su experiencia en la universidad, inspirándolos a buscar su conexión con la lectura. Alejandro hoy es un lector asiduo y un ejemplo para miles de estudiantes: ¡está haciendo cosas inimaginables para su yo del pasado! 

¿Cómo conocer los gustos de tus estudiantes? 

Puedes hacerles preguntas como: 

¿Qué te causa emoción? Puedes darle ejemplos, “a mí me emociona el fútbol”.  ¿Qué cosas o actividades te entretienen más?  ¿Hay algo que te motive aun cuando sabes que no habrá una recompensa?  ¿Qué te causa curiosidad?  ¿Has querido conocer cómo funciona algo? O ¿Por qué sucede algo?   ¿En qué disfrutas invertir tu tiempo? 

Motivar la lectura desde los intereses personales, es un pequeño empujón que genera un círculo virtuoso, porque en los libros se cultivan nuevas pasiones. Como en el caso de Alejandro, que pasó del interés por los deportes de contacto a su interés por el comportamiento humano.