Descripción de la experiencia

Promover la diversidad, el respeto por el otro y la tolerancia, implica cuestionar desde lo más básico del aprendizaje, aquello que se nos enseña como paradigma, en este caso el mal llamado color piel:¿Qué color es en realidad? ¿Con qué mezcla de colores llego a este tono? pero más importante todavía, ¿Cuál es MI color de piel y a partir de cuál mezcla de colores puedo llegar a este? Esta experiencia buscó entonces validar, a través de la experimentación con pigmentos húmedos y secos, el color de la propia piel, cuestionar la hegemonía del color salmón - durazno - melocotón como tono que estandariza en la creación de imagen, el color de la piel y, finalmente, desmontar ideas racistas que se han anclado en lo más profundo de nuestra sociedad. El ejercicio se propuso después de la adquisición y repaso de los conocimientos básicos sobre teoría y psicología del color (círculo cromático, colores primarios, secundarios, complementarios y sus temperaturas), a través técnicas húmedas como el vinilo. Fue útil entonces para comprobar el grado de asimilación temática y práctica de las y los estudiantes de los temas vistos, pero también para aprovechar la técnica de la pintura como medio de reflexión social.